Todas las nominadas al Oscar a mejor película del 2023 clasificadas, de peor a mejor

Given the seemingly diminished enthusiasm for Sarah Polley’s fourth feature in the months after its well-received premieres at the Telluride and Toronto film festivals, I’m relieved that voters came through for “Women Talking,” even if — for the first time since 2020 — they clearly don’t care much for women directing. Nor, apparently, could they settle on any consensus favorites from perhaps the year’s mightiest acting ensemble. My own picks would have been Sheila McCarthy and Rooney Mara, though the uniformity of thespian excellence that Polley achieves here makes it nearly impossible to choose among them, and also easy to overlook the greatness of her achievement.

Dado el entusiasmo aparentemente disminuido por el cuarto largometraje de Sarah Polley en los meses posteriores a sus bien recibidos estrenos en los festivales de cine de Telluride y Toronto, me alivia que los votantes se acerquen a “Mujeres que hablan”, incluso si, por primera vez desde 2020, claramente no les importa mucho que las mujeres dirijan. Aparentemente, tampoco pudieron conformarse con ningún favorito de consenso de quizás el conjunto de actuación más poderoso del año. Mis propias elecciones habrían sido Sheila McCarthy y Rooney Mara, aunque la uniformidad de la excelencia teatral que Polley logra aquí hace que sea casi imposible elegir entre ellas, y también es fácil pasar por alto la grandeza de su logro.

Tal vez así debería ser: al abordar la novela poderosamente argumentada de Miriam Toews sobre la agresión sexual, la responsabilidad y la supervivencia en una colonia menonita, “Mujeres que hablan” continuamente minimiza e incluso oscurece su propia grandeza. Desde su paleta de colores apagados y desagradables hasta sus actuaciones estrictamente controladas, todo lo que nos muestra se pone al servicio riguroso de preguntas e ideas en brillante cascada: ¿Cuál es el costo y el valor del perdón? ¿Cómo logran las mujeres una libertad que apenas se les ha permitido imaginar? Polley no profundiza en estas preguntas; ella sabe que con pedirlas es suficiente, y su confianza en su propia economía es sorprendente. En un año de tiempos de ejecución inflados de más de dos horas y media, “Mujeres que hablan” es, con 104 minutos, la más corta de las nominadas a mejor película de este año, y la única que desearía que fuera más larga. ¿No se merece un Oscar solo por eso?

A young man examines film from a reel through a magnifying glass.

Gabriel LaBelle es un aspirante a cineasta, y suplente del director Steven Spielberg, en la película “The Fabelmans”.

(Merie Weismiller Wallace / Universal Pictures)

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